Este es el primero de una serie de artículos en los que desde Advisor Abbate trataremos sobre blockchain, la cadena de bloques. Para empezar lo haremos explicando el concepto sin adentrarnos en sus aplicaciones, retos u otros aspectos.
Para hacer entender el concepto se ha recurrido a diversas metáforas que podrian ilustrar de alguna manera parte de la idea, referenciamos algunos links a este respecto, y entramos directos al concepto como tal.
Se trataría de que al hacer alguna transacción o intercambio de información en una red tuviéramos la certeza de que las partes operan de manera real, transparente, sin fraude y sin depender de una organización tercera que lo atestigüe. Esto se consigue creando una red formada por el mayor numero de nodos posibles que intercomuniquen en el momento exacto en que cada transacción se realice. El bloque de información de esa transacción forma parte de una especie de registro o libro mayor que se extiende por toda la red en la que se chequea que las secuencia de toda la cadena de bloques generada hasta ese momento no ha sufrido cambios.
En muchísimas de las transacciones realizadas habitualmente hay labores de intermediación, el caso más claro es el de los bancos cenrales o instituciones financieras que son garantes del valor de la moneda y que acreditan el valor de las transacciones y que las registran.
Con el blockchain el papel de ese banco central lo representarían la multitud de ordenadores o dispositivos conectados a un determinado protocolo y a los que se les envían copias sincronizadas del registro de transacciones, que son validadas descentralizadamente (sin intervención del banco o de otro intermediario) eso conforma una vasta base de datos, un inventario digital de transacciones encadenadas en bloques. Esa información llega encriptada a todos los nodos de esa red pero el acceso está sometido a permisos. Se puede añadir información, nuevos registros, pero no se puede borrar.
Esa intrincada red de ordenadores u otros dispositivos cohesionados mediante esos protocolos de cadena de bloques forma una red distribuida que permite la eliminación de intermediarios, disminuye el coste de las transacciones mientras que además hace al sistema mucho más seguro, transparente e inalterable.
La utilización del blockchain en bitcoin ha sido llamada la tercera democratización tecnológica de nuestra era, la primera fue internet con la universalización en la difusión de información, la segunda, la impresión 3D, está todavía fraguándose y veremos si las criptomonedas hacen lo propio con el mundo del dinero y las finanzas. Sin duda la primera de ellas es ya una realidad y las otras dos en este momento tienen camino por hacer.
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