Emprendedores. Mejorando la organización

Sin duda todos constatamos el gran avance tecnológico y su impacto en nuestras vidas de igual manera que vemos como lo ha tenido en el mundo empresarial y en la manera de trabajar dentro de las organizaciones. Y estamos tan adaptados a ello que se nos puede hacer muy lejano pensar en la época en la que no habían correos electrónicos, o no se podrían hacer videoconferencias por comentar sólo un par de casos.

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Ahora inmersos en esa cotidianidad que da la costumbre no deberíamos dejar de preguntarnos sobre mejores manera de trabajar en términos, entre otros aspectos, de productividad, de calidad  de eficacia, de sostenibilidad…

Gran parte del tiempo en un espacio de trabajo como pueda ser una oficina se pasa en reuniones o en tareas en las que hay relación con otras personas.

Es común la necesidad de coordinar múltiples especialidades para la consecución de unos objetivos  y hacer entrega de los resultados asociados.

Y en esa dinámica de trabajo por proyectos de todos los condicionantes el que más puede afectar es el de la velocidad a la que se nos requieren objetivos (o se nos cambian) así como el alto ritmo de alteración del entorno.

Esto nos induce a una mayor colaboración e intercambio de la información que no puede realizarse eficientemente sin una gran flexibilidad

La empresa como contenedor del entorno productivo, es responsable de gran parte de las condiciones materiales, procedimentales u organizativas de su ámbito, las formales o informales, y debe estar en sincronía a esa realidad cambiante y exigente.

En el aspecto organizacional  la tendencia es que el organigrama se aplane lo cual tiene también un reflejo en la distribución espacial de las oficinas y en como en ellas disminuye el número de despachos y se deja paso a las salas de reuniones u otros espacios colaborativos. Es un cambio en los valores del perímetro particular en relación a la versatilidad y el desenganche del espacio físico propio que propicia la tecnología.

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La cuestión de fondo y casi filosófica es que el valor de los profesionales deja de estar basado en el conocimiento que atesoran  y pasa a gravitar en torno al conocimiento que éstos ponen en valor y comparten eficientemente.

La capacidad colaborativa debe ser fomentada en la empresa eliminando barreras ya sean físicas u organizativas y además se deben crear espacios que impulsen la creatividad, el intercambio de ideas y la innovación.

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